Jun-Ha ha descubierto que el amor aparece incluso en el último rincón del mundo. Donde reinan las torturas y la hambruna. Donde los días se tornan crueles y la muerte baila constante en el horizonte.
Siena también lo siente. Lo encuentra en esa mirada rasgada que siempre la sigue a todas partes. Nunca la abandona. Es su único refugio.
Él, que se ha negado a obedecer la orden de su coronel.
Ella, que no debería haberse inmiscuido en un problema que no quiere ver la luz.
No deberían haberse encontrado de esa manera y en ese lugar.
Pero sus destinos ya estaban ligados desde hace mucho tiempo.
Escapar es la única alternativa.
Por ahora…
- 2. Los hijos de la ira
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