El día que conocí a Bishop Callehurst, estaba semidesnudo en la enorme cocina de su propiedad en su mansión de Hollywood, bebiendo un vaso de agua y dejando que goteara sobre su cuerpo increíblemente sólido.
No sabía que era de la realeza. Estaba demasiado distraída con su mirada hambrienta... y cómo seguía sonriendo cada vez que echaba un vistazo dentro mi camisa.
Resulta que este príncipe necesita un bebé, y rápido.
Él jura que se trata de mantener el acceso a su dinero. ¿Amor o romance? No los tiene en cuenta.
Pero si eso es cierto, ¿por qué no elige a una de las cientos de mujeres hermosas que su madre desfila delante de él para ser la madre de su bebé? ¿Por qué yo? No soy especial, apenas puedo caminar con sus dos pomeranios sin caerme.
Su sensualidad real tiene planes para mí. Sucios, planes salvajes que solo pueden pasar entre las sábanas. Hay un millón de razones para no estar de acuerdo con lo que quiere, pero con él besándome los muslos y abrazándome cerca...
Las he olvidado a todas.
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